AL LECTOR
Ni en este ni en ninguno de los "Estudios históricos" que hasta ahora hemos publicado, ha sido nuestro intento desentrañar hondos problemas de la historia, ni descubrir tampoco datos desconocidos o documentos ignorados que arrojen más clara luz sobre sucesos ya juzgados o personajes puestos aún en tela de juicio. Nuestro propósito, mucho más modesto, ha sido tan sólo vulgarizar, por decirlo así, entre cierta clase de público algunas figuras unidas a grandes y trascendentales hechos de la historia y presentarlas enfocadas a la luz de la razón y del criterio católico. Para esto hemos leído y estudiado cuanto sobre ellas se ha escrito bueno y malo; aceptado todo lo cierto; escogido entre lo mucho dudoso lo más verosímil y procurado luego con la imaginación y el estudio de la época resucitar aquellos muertos y dar vida, relieve y ambiente contemporáneo a todo este conjunto, a fin de cautivar la atención de los lectores que, como tú probablemente, no tienen la afición indispensable para entrarse por el árido campo de crónicas, archivos y manuscritos, donde se encuentra la verdad ciertamente, pero como pudiera encontrarse en los ordenados nichos de un cementerio.
(...) y cree que no encontrarás en él una sola palabra que no esté tomada de verdadera fuente histórica. Podrá ser que me equivoque yo y te equivoque a ti a veces: pero quédame y quédete el consuelo de que nos equivocaremos siempre con historiadores de fuste.
De Madrid a 24 de Enero y de 1903. LUIS COLOMA, S. J.
P. Luis Coloma, Jeromín, Editorial Debate, Madrid 2000, página 9.
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