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En 1867 contrajo matrimonio con la princesa Margarita de Borbón-Parma, una pariente lejana. Al año siguiente, coincidiendo con la crisis del régimen liberal, pasó a ser el pretendiente carlista al renunciar a sus derechos su padre Juan III.
En una junta carlista presidida por él y celebrada en Londres en el verano de 1868, se tomaron varios acuerdos:
1) El carlismo se organizaría en lo militar y en lo civil para sostener sus derechos cívico-políticos, no renunciando a concurrir a las elecciones y al Parlamento.
2) La denominación que le distinguiría en la dinastía sería la de Carlos VII, con el título de duque de Madrid, que utilizaría en el exilio.
3)Viviría en un lugar más cercano a España que la distante Austria, eligiendo Suiza como lugar idóneo.
4) Los medios pecuniarios se conseguirían en el extranjero, sobre todo a través de préstamos.
En abril de 1870, Carlos VII, decidió encargarse en persona de la dirección del carlismo, tras haberlo decidido así la Junta de Vevey (Suiza), que reunió a 83 próceres carlistas. Además estableció una junta central del partido, denominado Comunión Católico-Monárquica, que actuaba oficialmente en España y a cuya cabeza figuró el marqués de Villadarias. El tactismo político carlista dio paso, sin embargo, en 1872, a la solución militar. Carlos VII dio la orden del levantamiento armado, con el que se inició la tercera guerra carlista, que se prolongó hasta septiembre de 1876, fecha en la que el rey abandonó territorio español para siempre.
Vivió en el exilio con su mujer y sus cinco hijos. (...) Murió en julio de 1909 en Varese (Italia) y fue reemplazado por su hijo Jaime como sucesor en los derechos de la dinastía carlista. Está enterrado en la catedral de Trieste.
Pablo Sagarra Renedo y Juan Ramón de Andrés Martín, Atlas Ilustrado El carlismo, Susaeta, página 115.
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