lunes, 9 de noviembre de 2015

EDAD CONTEMPORÁNEA


Los jalones cronológicos

La Edad contemporánea se inicia en su momento más comúnmente aceptado, con el hecho de la revolución (revolución norteamericana, 1776; Revolución francesa, 1789; revoluciones en España e Hispanoamérica, 1810), al que hay que añadir, en el cuadro europeo, el epígono napoleónico, como secuela directamente derivada de la anterior situación revolucionaria.
De 1815 a 1830 transcurre en Europa la época de la Restauración (En Hispanoamérica la reestructuración interna, tras los movimientos emancipadores), en que se buscan fórmulas de coexistencia y síntesis entre los elementos que han sobrevivido a la revolución y los que ésta ha creado o impuesto.
Entre 1830 y 1848 se desarrolla una de las etapas mejor definidas del siglo, caracterizada por el liberalismo doctrinario y el prevalecimiento del romanticismo como módulo e ideal de vida.
De 1848 a 1870 se manifiesta la crisis interior del status romántico, y surgen elementos de desequilibrio, derivados unos del forzamiento de la estructura social provocado por el capitalismo, y otros de la fiebre de los movimientos nacionalistas. Una serie de convulsiones, que finalizan hacia 1870, dan lugar a un nuevo campo de realidades, que hemos dado en denominar Baja Edad Contemporánea.
La época de la Paz Armada (1870-1914) constituye el tramo histórico más estable y uniforme de todo el proceso contemporáneo, y transcurre bajo el dominio de los avances técnicos de las corrientes ideológicas y artísticas de tipo realista, de la consagración de las grandes potencias mundiales (algunas ya fuera de Europa), y el reparto entre las mismas de los países incultos o subdesarrollados, en forma de colonias.
El desequilibrio de la balance of powers, única forma sobre la que descansaba la Paz Armada, conduce a la época de las guerras mundiales (1914-45), agitada, aparte de los dos colosales conflictos, por graves crisis de tipo político, social y económico (revolución soviética, totalitarismos, Gran Depresión).
Sería preciso añadir a esta serie un periodo (...) caracterizado, entre otros elementos configurantes, por la formación de los grandes bloques mundiales, la tensión latente o guerra fría, los conflictos localizados y bloqueados, la desaparición de los imperios coloniales y los grandes avances científicos en los campos nuclear y espacial.
José Luis Comellas, "La Edad Contemporánea", en Gran Enciclopedia Rialp.

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