viernes, 20 de mayo de 2022

TOTALITARISMO

El final de la guerra

Durante unas semanas vemos desfilar ante la casa de la abuela al ejército victorioso de los nuevos extranjeros, a los que ahora se llama el ejército vencedor.

Tanques, cañones, carros, camiones atraviesan la frontera noche y día. El frente se aleja cada vez más y más al interior del país vecino.

En sentido inverso, llega otro desfile: los prisioneros de guerra, los vencidos. Entre ellos muchos hombres de nuestro país. Llevan todavía uniforme, pero no tienen armas ya, ni galones. Van a pie, con la cabeza baja, hasta la estación donde les embarcan en vagones. Hacia dónde y por cuánto tiempo, eso nadie lo sabe.

La abuela dice que se los llevan muy lejos, a un país frío y deshabitado donde les obligarán a trabajar tan duro que no volverá ninguno de ellos. Morirán todos de frío, de cansancio, de hambre y de todo tipo de enfermedades.

Un mes después de que nuestro país haya sido liberado, la guerra ha acabado en todas partes y los liberadores se instalan en nuestro país para siempre, según dicen.  

(...)

Más tarde, tenemos de nuevo un ejército y un gobierno propio, pero son los liberadores quienes dirigen nuestro ejército y nuestro gobierno. Su bandera ondea en todos los edificios públicos. La foto de su líder aparece por todas partes. Nos enseñas sus canciones, sus bailes, proyectan sus películas en nuestros cines. En los colegios el idioma de los liberadores es obligatorio, mientras que las demás lenguas extranjeras están prohibidas.

Contra nuestros liberadores o contra nuestro gobierno no está permitida ninguna crítica ni broma. Con una simple denuncia se lleva a la cárcel a cualquiera, sin procesos y sin juicios. Hombres y mujeres desaparecen sin que se sepa por qué, y su familia no vuelve a tener nunca noticias suyas.

Reconstruyen la frontera. Ahora es infranqueable.

Nuestro país está bordeado de alambre de espinos; estamos totalmente separados del resto del mundo.


Agota Kristof, Claus y Lucas, El gran cuaderno, La prueba, La tercera mentira, Grup Editorial 62, Barcelona 2006, págs. 138 y 139.

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