... nuestra actual Constitución, cuyos autores, fueran cuales fueren las diferencias políticas que los separaban, coincidían plenamente en la convicción de que la igualdad de los españoles y su plena libertad (que es tanto como decir su dignidad personal) eran el punto de partida necesario para la reorganización de nuestra vida política y la reforma de nuestro Derecho. Es esta convicción el núcleo del famoso "consenso" que hizo posible la Constitución de 1978, que es por ello la más sólidamente construida de todas nuestras Constituciones, la que se asienta sobre bases más firmes.
Francisco Rubio Llorente, Constitución española, Civitas, Madrid 1999, páginas 9 y 10.
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