https://es.wikipedia.org/wiki/%C3%9Altimo_parte_de_la_guerra_civil_espa%C3%B1ola |
Una guerra civil jamás termina el día que se firma el último parte de la contienda. Después de 1939, los españoles vivieron la aplicación a lo largo de treinta y seis años de lo que el régimen franquista llamaba la victoria. Tras la caída de Madrid, vino el primer año triunfal, y el segundo, y el tercero... que se decía en la prensa y en los papeles oficiales. Orden, pero no paz, y orden hecho de muros y rejas, policial. El Cara al sol cantaba "volverán banderas victoriosas, al paso alegre de la paz", pero no era cierto.
Siempre dramáticas, las posguerras están pobladas de perdedores. Campos yertos y tristes fantasmas arrastrándose por las aceras. Ejecuciones sumarias y ciudades carcomidas de mercado negro. Transtierros y destierros que el viento arrastra lejos y pierde para siempre. Con la memoria, malévola, insistiendo en reconstruir lo ya vivido -recuperando los gritos y la sangre, las huidas y los bombardeos-, los exiliados tuvieron que adaptarse a los países de acogida con la contienda mundial encima.
Fernando García de Cortázar, Los perdedores de la Historia de España, Barcelona, Círculo de Lectores, 2006, páginas 547 y 548.
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