¡Vaya, ya tenemos el inevitable automóvil, ruido y polvo! ¿Y qué se adelanta con suprimir así distancias? La manía de viajar viene de topofobia y no de filotopía, el que viaja mucho va huyendo de cada lugar que deja y no buscando cada lugar a que llega. Viajar... Viajar...
Miguel de Unamuno, Niebla, Madrid, Cátedra, 1988, página 110.
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