jueves, 22 de octubre de 2015

EN POLÍTICA NO SE DEBE DECIR JAMÁS (I)

Esta frase fue pronunciada por Napoleón III comentando un discurso de Eugène Rohuer 1814-1884). Ministro, presidente del Senado llamado viceemperador durante el reinado de Napoleón III, Rohuer era ministro de España en 1867 -llevó una política ciega y sin ningún contacto con la realidad- y se mostró partidario de desembarcar en Civitavecchia nuevos regimientos franceses para que ayudaran a la tropas pontificias contra Garibaldi, que marchaba sobre Roma. El hecho suscitó una borrascosa discusión en el Corps Législatif y el 5 de diciembre de 1867 Eugène Rohuer pronunció un retórico discurso defendiendo la intervención de Francia en defensa de los Estado pontificios. Este discurso acababa con este párrafo: "Pues bien, nosotros declaramos en nombre del gobierno francés: Italia no tomará jamás Roma. Jamás, jamás, jamás".

Como es natural, estas palabras exasperaron a los italianos. "Les haremos tragar su jamás", dijo Víctor Manuel II. Y fue entonces cuando el emperador, prudente y sagaz, comprendió la temeridad de su ministro y le avisó: "En política nunca se debe decir jamás". Napoleón sabía lo que decía. Menos de trece años más tarde estallaba la guerra franco-prusiana y se veía obligado a retirar sus tropas de Roma. En julio de 1871 los italianos tomaban Roma.

Néstor Luján, Cuento de cuentos, Origen y aventura de ciertas palabras y frases proverbiales, 
Barcelona, Círculo de Lectores, 1995, páginas 112 y 113.

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