Cuando un hijo de la moderna civilización europea se dispone a investigar un problema cualquiera de la historia universal, es inevitable y lógico que se lo plantee desde el siguiente punto de vista: ¿qué serie de circunstancias han determinado que precisamente sólo en Occidente hayan nacido ciertos fenómenos culturales, que (al menos, tal como solemos representárnoslos) parecen marcar una dirección evolutiva de universal alcance y validez?
Sólo en Occidente hay "ciencia" en aquella fase de su evolución que reconocemos como "válida" actualmente.
Max Weber, La ética protestante y el espíritu del capitalismo,
Barcelona, Orbis, 1985, página 5.
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