lunes, 6 de octubre de 2014

EL PROCESO DE EL ESCORIAL (I)

http://www.unav.es/ha/000-02-METO/dibujo-iniguez.htm
En su cautiverio dentro de la corte, el príncipe Fernando contó en su desgracia con un grupo de confidentes y amigos que ya por entonces constituía lo que, años después, vendría a ser su famosa camarilla, fuera de la máquina oficial. El iniciador de la misma no era otro que Escoiquiz, principal contertulio que años atrás había frecuentado el círculo de Godoy, y de la que formaban parte, entre otros, el duque de San Carlos, el del Infantado, el marqués de Ayerbe y el futuro conde de Montijo. Un pequeño partido en embrión que odiaba al privado y que se orienta hacia Napoleón como única palanca capaz de permitir deshacerse de aquél. Ello justo en el momento en que, tras el desastre de Trafalgar, Godoy negociaba de ocultis en París el reparto de Portugal.
Lo que el príncipe y sus contertulios tramaban desde hacía tiempo (la detención de Godoy, el nombre del duque del Infantado para el mando supremo del Ejército, las negociaciones nupciales del príncipe con el embajador francés, etcétera), todo esto apareció en un pliego anónimo en la mesa del rey, en El Escorial, a finales de octubre de 1807. Con la notificación de que Fernando preparaba un golpe de mano en palacio para hacerse con la corona. Esto fue lo que dio lugar al famoso proceso que originó el arresto del príncipe, la prisión de los culpables, el examen de los documentos comprometedores y el veredicto del ministro de Justicia, Caballero. Todo lo cual terminó con la confesión por parte del príncipe de la trama y revelación del nombre de los consejeros pérfidos que le habían instigado a ello, terminado el asunto con el abrazo a Godoy y el decreto de perdón del príncipe.

Manuel Moreno Alonso, La España de Fernando VII,
Cuadernos de Historia 16 núm. 290, página 10, Madrid, 1985.


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