miércoles, 19 de junio de 2013

MARGARITAS A PUERCOS

Como es bien sabido, se suele usar esta frase cuando se destinan objetos de mucho precio o se practican acciones generosas  con personas que no saben apreciarlas en su justo valor. Esta frase viene en el Evangelio de San Mateo (cap. IV, versículo VI). La usó Jesucristo en el Sermón de la Montaña diciendo: "No deis las cosas santas a perros, ni echéis vuestras margaritas a los puercos".
Mucha gente se sorprende hoy de que una flor bella pero humilde como es la margarita fuera considerada de gran valor como para ponderarla al rasero de las cosas santas. Ignoran, o no recuerdan que la primera acepción de la palabra "margarita" en el Diccionario de la Real Academia Española es precisamente la de perla. Ello ya viene en el Tesoro de la lengua castellana o española (1611) de Covarrubias, que explica que perla es la "margarita  o unión preciosa, que a fin de adornar con ellas los cuellos y las orejas de las mujeres, entran los hombres en lo profundo del mar a pescarlas, y no sin gran peligro". Digamos que entre los franceses la palabra marguerite significa también perla además de flor, y en la citada frase evangélica se usa también la palabra marguerite en lugar de perle.

Néstor Luján, Cuento de cuentos, Origen y aventura de ciertas palabras y frases proverbiales,
Barcelona, Círculo de Lectores, 1995, páginas 180 y 181.



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