martes, 13 de noviembre de 2012

WAMBA

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Reinó desde el año 672 al 680

Ya se sabe que el anciano godo llamado Wamba no quería ser rey; pero cuando llegó a serlo, fue un monarca enérgico y enterizo que cumplió fielmente sus deberes.
Los hechos ocurrieron del modo siguiente:

Murió el rey Recesvinto, y nadie sabía a quien elegir monarca que le sucediera. Reuniéronse los Obispos, los nobles y el pueblo, para hacer el nombramiento, y se acordaron del viejo Wamba que cuidaba de su hacienda y era un varón de gran carácter.
Fueron, pues, a verle y a decirle que lo querían para Rey. Wamba contestó: “¡No; no quiero serlo!”. Entonces un soldado le presentó una corona y una espada y le dijo: “Elige; o la corona para reinar o la espada para morir”. Wamba eligió la corona. Y entre las aclamaciones del pueblo fue llevado a Toledo, donde el Obispo más anciano le coronó ante todos. (…)

Todos estaban encantados con Wamba, excepto un noble llamado Ervigio que a todo trance quería sucederle en el trono. ¿Qué hizo Ervigio? Un día le ofreció una copa de vino en el cual había vertido un narcótico. Wamba bebió el vino y al poco rato se quedó profundamente dormido. Entonces Ervigio le cortó el pelo de la cabeza y de la barba y le vistió un hábito de monje. Cuando Wamba se despertó y vio que ya había perdido los atributos de la realeza, supuesto que para reinar era necesario el pelo de la cabeza y el de la barba y no vestir hábito ninguno, se marchó tranquilamente a Pampliega, cerca de Burgos, y allí pasó los tres últimos años de su vida.

Todo el mundo lamentó lo ocurrido, pero ya no tuvo remedio.


Antonio J. Onieva, Cien figuras españolas,

Burgos, Hijos de Santiago Rodríguez, 1962, págs. 22 y 23.




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