lunes, 27 de enero de 2020

PRIMO LEVI


En aquellos tiempos no era fascista ni antifascista; llevar uniforme no me producía orgullo alguno, más bien una molestia difusa (sobre todo a causa de las botas); en tanto que, debo admitirlo, la marcha al paso, en estrecho orden, no me desagradaba; especialmente si se hacía al son de una banda. Era una danza y, a la vez, me daba la sensación de pertenecer a una coalición humana, de unirme a un grupo homogéneo. Luego he sabido que Einstein declaraba no comprender al tipo de hombre que encuentra placer en caminar al paso; pues bien, yo en aquélla época pertenecía a esa estirpe, aunque siete años después otras marchas al paso transformaran enteramente mi parecer. 

Primo Levi, Última Navidad en guerra, Barcelona, Munchnik 2001, páginas 106 y 107.


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