25-IX-1808
Las distintas Juntas Supremas Provinciales surgidas con el levantamiento de la nación coinciden en el deseo de formar una junta única o central que aglutine el poder político y centre los esfuerzos para la resistencia contra los franceses. La Junta Suprema Gubernativa del reino se crea finalmente en Aranjuez bajo la presidencia del antiguo ministro de Carlos III, Floridablanca. El Ejército queda en manos de una Junta Militar presidida por los generales Castaños, Castelar, Morla, González Llamas, Marqués de Palacio y Bueno. (...).
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La euforia cosechada durante el verano de 1808 provocó un cierto caos y relajación tanto en el ejército como en las juntas provinciales, que dificultaba la formación de una autoridad única para todo el Estado. No sólo había ciertas provincias que aspiraban a restablecer derechos que habían perdido con los borbones, además existían disputas entre los partidarios de continuar con el Antiguo Régimen y los liberales y, por último, enemistades entre el generalato, que hacían muy difícil consolidar un mando único. No obstante, se pudo constituir una junta central en septiembre que, sin embargo, tuvo un poder limitado. El nombramiento de un comandante supremo resultó imposible, lo que provocó que el ejército se estancara y se produjeran las derrotas. Las rivalidades entre los generales Cuesta, Castaños y Palafox no se acabaron nunca de resolver, debilitando aún más al ejército.
La Aventura de la Historia, Guerra de la Independencia. Segundo centenario,
número 113, página 92.
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