La larga noche del tiempo. (…) Por debajo del silencio, más
allá de las estrellas y de estas negras colinas que me rodean como si
estuvieran muertas, el tiempo sigue pasando y arrastrando en su camino los
recuerdos y las vidas de los hombres y de las mujeres que los gestaron y que
los acompañan en su peregrinación, de sus hijos y sus nietos y de los hijos y
de los nietos de éstos, de los que desafían al mar y de los que permanecen
siempre en tierra firme, de los que desaparecerán para siempre un día y de los
que vivirán eternamente en el firmamento convertidos en estrellas cada vez más
misteriosas…
Julio LLamazares, Las lágrimas de San Lorenzo, Madrid, Alfaguara, 2013, páginas 179 y 180.
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