jueves, 5 de marzo de 2015

AZORÍN (II)

HIPNOS, DULCE HIPNOS

Vidrioso, un poco vidrioso... Pero Hipnos, el dulce Hipnos, el dios del sueño, está aquí. Hipnos y Cronos son los dos dioses amigos de los mortales. Cronos, si es benéfico, es también terrible. Lo hace todo y lo deshace todo. Pero Hipnos es saludable y bienhechor eternamente. El sueño es una tregua en las adversidades y en los dolores. Se suspende la lucha por un momento; mañana se reanudará, sí, mañana, el dolor y la angustia volverán a atenacearnos, sí. Pero, por de pronto, ahora, en estos momentos, estamos libres de la opresión. Estamos... o debemos esforzarnos en estarlo. ¡Que sea la noche realmente para nosotros, para nuestros espíritus conturbados, un oasis! Echemos fuera todas las malas pasiones, aplacemos para el día siguiente toda resolución grave. Seguramente, con la nueva luz veremos las cosas de otro modo; la ira se habrá aplacado; una gota de suave indulgencia habrá caído sobre el juicio temerario y rencoroso...

Azorín, Tomás Rueda,
Madrid, Espasa Calpe, 1957, páginas 128 y 129.


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