lunes, 10 de noviembre de 2014

MARÍA CRISTINA DE BORBÓN (II)

María Cristina ejerció tareas políticas desde la grave enfermedad de Fernando VII, en septiembre de 1832. Desempeñó entonces una Regencia provisional hasta la recuperación del rey.
El futuro político del régimen fernandino se hallaba ligado a la cuestión sucesoria. En efecto, la Pragmática Sanción, promulgada en marzo de 1830, cuando la reina estaba embarazada, derogaba las previsiones contenidas en el Nuevo Reglamento para la Sucesión de estos Reinos, de 1713, y restablecía la sucesión directa del rey, independientemente del sexo de sus descendientes.
Ante la oposición del infante don Carlos, anterior heredero, y de sus seguidores, María Cristina hubo de buscar soluciones políticas, lo que hizo generalmente con torpeza.
Como regente de su hija Isabel -la futura reina Isabel II-, María fue Reina Gobernadora de España entre 1833 y 1840. Presidió un agitado período de profunda revolución político-social y de guerra civil, y no fue personalmente ajena a los más importantes problemas políticos del período.
Contrajo un segundo matrimonio, morganáticamente, con el guardia de corps  Fernando Muñoz, a quien concedió el título de duque de Riánsares y de quien tuvo varios hijos más. Si bien la vida privada de la regente se mantuvo en un tono discreto  mientras estuvo en el cargo, sus posteriores actividades político-conspirativas desde el exilio, su intervención, y la de su familia, en especulaciones financieras y ciertas declaraciones que los carlistas le atribuían lesivas para los derechos de su hija, hicieron su personalidad más dudosa.
Así, si bien regresó a España después de 1840, reinando ya su hija, no se le permitió el establecimiento definitivo en el país tras la Restauración en el trono de su nieto Alfonso en 1875.

J. Aróstegui, J. A. Martínez y R. de la Torre, La regencia de María Cristina,
Cuadernos de Historia 16, núm. 64, página 6, Madrid, 1985.

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