Rey de los hunos nacido hacia el 385. Se convirtió en jefe único de todas las tribus que habitaban el territorio comprendido entre las orillas del Báltico y el mar Negro. Ocupó gran parte de la Rusia meridional, Ucrania y la cuenca del Danubio, y lanzó incursiones de saqueo contra los territorios romanos. La crueldad de sus incursiones le valió el sobrenombre de Azote de Dios.
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Después de haber sometido a los emperadores romanos de Oriente y Occidente, a los que impuso tributo, atravesó Germania y devastó la Galia, pero fue derrotado en la batalla de los Campos Cataláunicos (451) por el general romano Aecio, quien reunió un importante ejército con la colaboración de los reyes Meroveo (franco) y Teodorico (visigodo).
No obstante, Atila cruzó Italia con los restos de su ejército, arrasando cuanto encontraba a su paso, hasta alcanzar las puertas de Roma. El papa León I el Grande se entrevistó con el rey de los hunos y logró impedir la destrucción de la capital del Imperio Romano de Occidente, gracias a su habilidad diplomática.
Los hunos se retiraron a Panonia (en la actual Hungría donde falleció Atila en el año 453. Tras su muerte, su reino no le sobrevivió, se disgregó y desapareció el poder de los hunos.
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